Todo sea por ti, Colombia!
Opinion
La gira realizada por Álvaro Uribe Vélez presidente de Colombia por 7 naciones de Latinoamérica para explicar los alcances del acuerdo militar que su gobierno realizará con EE.UU. ha sido positiva en el sentido de que recibió mayor respaldo y respeto que rechazo. Sin embargo, del gobierno de Venezuela, Ecuador y Bolivia principalmente, aún se oye pataletas sobre la determinación que pretende albergar en bases Colombianas militares estadounidenses con el fin de combatir, a nivel interno, el narcotráfico y el terrorismo.
Una vez se supo de la presencia de estas tropas en Colombia, Hugo Chávez, presidente de Venezuela declaró que los países del sur del continente americano se ven amenazados puesto que, según él, la principal causa por la que estas tropas llegan a Colombia es derrocar su gobierno y en Ecuador el de Rafael Correa.
Es así como se suscitan múltiples comentarios al respecto, y Chávez creyéndose el líder de Latinoamérica que reflexiona sobre el bienestar de esta parte del continente o de toda América quizá, y con tono autoritario pide explicaciones a Colombia sobre el acuerdo y decide congelar las relaciones diplomáticas y comerciales con este país. Cita la cumbre de UNASUR, realizada el 10 de agosto del presente en Ecuador como el momento donde se debata sobre el tema.
Y ¿Para qué debatir? ¿Habrá necesidad? ¿Por qué Colombia debe colocar parecer a otros países sobre sus decisiones que buscan garantizar la tranquilidad a su sociedad?
Pero por encima de la ignorancia y las reacciones infantiles de Chávez está la inteligencia y caballerosidad de Uribe quien desiste de participar de este encuentro de mandatarios latinoamericanos e inicia una “ofensiva diplomática” por Suramérica con excepción de Venezuela y Ecuador, países que prefiere omitir de su agenda de visitas por “dignidad nacional”
La “ofensiva diplomática” resulta importante porque el gobierno Colombiano desde su autonomía informa a sus pares el objetivo del acuerdo independientemente de la negativa o respaldo que eso representa.
Y Chávez, se quedó esperando a Uribe y sus explicaciones. Reza una frase popular “el mono no mira su rabo, sino el ajeno” y él en vez de preocuparse por esta decisión Colombiana debería atender las necesidades de su país y si de dar explicaciones se trata por qué entonces como “presidente ejemplar” no empieza a hablar sobre sus vínculos con las FARC, la tenencia de armas venezolanas en el grupo insurgente, el préstamo en dólares que Rusia le hizo en 2008 para adquisición de material bélico, entre otros.
Si Colombia accede a recibir estas tropas es porque siente la necesidad de combatir con mayor fuerza el terrorismo y el narcotráfico, dos flagelos que han deteriorado la riqueza nacional desde todo punto de vista. Y claro, la presencia de militares extranjeros en este país de ninguna manera pone en entredicho la capacidad del ejército nacional, sino más bien refuerza el anhelo de los colombianos a través de la política de seguridad democrática cuyo objetivo prioritario es devolver la tranquilidad y seguridad nacional.
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