martes, 21 de octubre de 2008

"INDIFERENCIA Y SUFRIMIENTO"

“Lo que más me indigna de los jóvenes, es su indiferencia”
Martín Luther king

En estos términos se refirió el religioso Estadounidense a los jóvenes de la sociedad moderna, quienes siempre han solido ser ajenos a las realidades que aquejan a la humanidad.

Hoy, y para referirse a la obra “diatriba de amor contra un hombre sentado” escrita por Gabriel García Márquez, precisamente se puede acoplar esa aseveración, pues bastante indiferencia se ve plasmada en el contenido de la representación del premio nobel de literatura, que además muestra, no una ocurrencia, que surgió en cualquier momento, sino una realidad muy notable, en algunas parejas del presente.

Muchas veces se cree que con ser indiferente se evita caer en otros actos tristes, sin tener en cuenta que desde allí se está dando pie a la intolerancia y la desavenencia.

Esta producción exhibe a una pareja de la actual sociedad “un matrimonio desechable” como es el caso de algunas de las uniones maritales de hoy en día, donde las promesas, los juramentos y los detalles conquistadores de los tiempos de noviazgo, dejaron de ser un pretexto que acrecentaba el amor, la unión, la alegría y el –no vivir sin verte-; y han pasado a ser indiferencia, desamor, arrepentimiento, desdicha.

En este tipo de parejas, de igual manera se aprecia el machismo, que siempre ha estado latente y ha denominado al hombre como el ser que está por encima de una dama ejerciendo poder varonil, como si ellas fueran un objeto que se manipula.

En varias ocasiones las personas entregan o dedican gran parte de su vida a querer y a acompañar a otro individuo, que quizá es, “el ser de su vida” pero hay casos en que ese acto que se realiza entregando confianza y buscando cariño, acogida, y respeto, entre otros, se convierte en un juego, donde se experimenta, se ignora y hasta se deja de dar importancia a un ser querido.

Valorar a las personas y respetarlas, entre otros, debe ser una actividad que a diario debe realizar todo ser humano, porque cuando se deja de lado estos valores, es difícil que haya comprensión y entendimiento, pues se cierra una de las principales posibilidades que designan acercamiento mutuo y estabilidad; de igual forma, en cualquier relación se hace necesaria la presencia de seriedad, que lleven a las personas a apreciarse; de la misma manera es necesario dar cariño, pues es importante que los demás se sientan acogidos y queridos, de esta manera tendremos una sociedad justa y humana, con personas que al querer y sentirse queridas, aportaran buenos actos a su sociedad.

En la pareja presente en la realización, además de haber dejado escapar los valores ya mencionados se nota la falta de atención, pues se prefiere hacer otra cosa y hacer a un lado a ese ser que talvez ha vivido para él.

Así mismo, muestra las consecuencias de la infidelidad, pues esas “canitas al aire” resulta que son la experimentación de nuevas sensaciones, que a lo mejor traigan consigo satisfacción para quienes la experimenten, y claro, en esta sociedad de pensamiento machista, ser promiscuo, es ser “hombre” pero no se tiene en cuenta las consecuencias que genera la perfidia, pues esto lo que finalmente trae es destrucción de personas y de familias, y la verdadera hombría la muestra quien sabe valorar lo que tiene a su lado y sobretodo lo respeta.

Los matrimonios deben caracterizarse por poseer valores que los dignifiquen, a su vez que deben ser un medio que inspira confianza, pues es en el hogar donde se cimentan los valores fundamentales que son los pilares de la estabilidad y el respeto social.

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