Columna de opinión
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El pueblo colombiano demostró ser inteligente
Es así como se puede interpretar a los 6’758.539 compatriotas que ayer depositaron su voto en favor de Juan Manuel Santos. Es que eso es lo lógico, apoyar a una persona que tiene carácter y seriedad, porque era inconcebible que se dé el título de presidente de la república a un individuo con las características de Antanas Mockus, pues el simple hecho de verlo y oírlo ya demostraba lo catastrófico que podría llegar a ser un gobierno suyo. Hoy con honor y respeto el pueblo colombiano ha aterrizado al ex ‘alcaldesito’ de Bogotá. Ojalá él bajado de las nubes pueda hacer algo provechoso por su bien, porque ya está demostrado que por Colombia, simplemente, le quedó grande.
Con relación a lo anterior, y para referir las siguientes líneas, es importante citar a ‘Uribito’ “Colombia no es un país de arcángeles, ni a las FARC se las derrota con mimos ni girasoles” mucho menos mostrándoles la cola, o diciéndoles desde un circo que ‘el matrimonio vale huevo’ y Tampoco se puede lograr que el campesino vuelva a sus parcelas, a cultivar la tierra, si sabe que ahí está la amenaza, los narcoterroristas esperando que esta gente humilde trabaje para ellos ‘cobrar por protección.’
Colombia por su situación de violencia necesita alguien con seguridad en sus planteamientos, criterio propio y políticas definidas para derrotar, definitivamente, el flagelo de la violencia, principal causa de los demás males que se padece en campos y ciudades.
De esta manera, queda demostrado una vez transcurrida la primera vuelta, que el país quiere continuar por la línea de la seguridad democrática, política que le devolvió la tranquilidad a la gran mayoría del pueblo colombiano y que hoy en día garantiza que la gente pueda desplazarse de manera tranquila a lo largo y ancho del territorio nacional.
Es así entonces, como se les demuestra también a los jefes de estado extranjeros que se inmiscuyeron en el proceso electoral, que Colombina necesita un gobierno con autoridad propia, que defina y resuelva sus situaciones a nivel de país. Porque la verdad, lo que a Chávez le preocupa, no es la supuesta guerra que se daría si Santos es presidente, sino el control de gran parte de América que él quiere ejercer. Lo que Chávez pretende es tener un tercer títere en esta región, y el elegido era Mockus, quien con su paciencia, su calma y su señal de buena gente, iba a pasar a ser un simple mandadero. Pues su inseguridad, su constante ofrecimiento de disculpas por lo que dijo y no quiso decir, demostraron la falta de formación e inteligencia de este personaje, y eso fácilmente conducía a tener en Colombia un gobierno obediente y pasivo.
Bien, si en la política hubiese merecimientos como en otros ámbitos de la vida cotidiana, hoy Mockus estuviera por fuera de la segunda vuelta y, seguramente, Petro o Vargas estarían ocupando ese lugar. Pues el candidato del polo demostró en los debates, que junto con Vargas y Santos son los mejores oradores en esta campaña, y junto a ello, que son candidatos de propuestas viables más no de promesas ni titubeos.
Hoy también queda escrito en un sitial visible de la historia patria, que los ciudadanos se cansaron de la estrategia repetida de Noemí Sanín y que los votos se ganan con propuestas serias, no con sonrisas fingidas que, en gran parte, fueron el acabose de su aspiración. Si ella y sus principales asesores hubiesen razonado al menos un poco, la opción más viable para el partido conservador, era la unión con el partido de la U; de esta manera hubiese resultado Santos presidente en primera vuelta, el país se estuviera ahorrando los 90 mil millones de la segunda ronda y ellos hubiesen dejado una impresión de unidad en el pueblo colombiano y no de derrota como la que se acaba de ver. Pues está confirmado que los votos de la consulta interna del conservatismo, el 14 de marzo, fueron más en contra de Andrés Felipe Arias que a favor de Noemí. Y queda la lección para esta colectividad, en posteriores ocasiones, definir sus precandidatos con personas serias, con vocación de liderazgo y firmeza para así tener un candidato que marque la diferencia y de esa manera evitar una derrota como ésta.
Y para continuar hablando de perdedores, es muy necesario regañar a las firmas encuestadoras, quienes pretendiendo orientar la opinión pública, para favorecer cierto candidato, siempre definieron empates técnicos y resultados sencillamente diferentes a los arrojados en las urnas. Está claro, que lo que define es el voto y no la opinión sesgada de determinados sectores.
Finalmente, queda felicitar al pueblo colombiano por ser inteligente. Recuerden que sólo se ha dado un paso con amplia ventaja, falta sellar, el 20 de junio con broche de oro, el pacto de unidad nacional.
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