LA INDEPENDENCIA DEL PERIODISTA
Cuando la opinión pública oye hablar de independencia seguro que, en su mente, lo asocia con libertad, autosuficiencia o, talvez hasta con privilegio.
Y es verdad. La independencia tiene que ver con estos y con muchos más sustantivos. Pero en Periodismo como en otras ramas de la vida social y laboral, la independencia a pasado a un segundo plano puesto que, se invierte la palabra y pasa a ser dependencia in; es decir se llega a depender en algunos casos, de quienes ostentan el poder, llámese político, empresarial, económico u otro. Y lo que es peor se llega a subordinaciones que llevan a cumplir exigencias o intereses ajenos a las pretensiones de si mismo.
Esta situación, aparentemente, es beneficiosa, puesto que las alianzas denotan mayor poder y dominación, pero no, que va, el hecho de que una persona llegue a depender de algo o de alguien significa tener desequilibrio profesional, pero, sobretodo personal, un limitante extremo que le impide mostrar sus propias habilidades y peor aún, desarrollarse de manera expresa, autosuficiente y libre.
En la vida laboral del periodismo, quizá es donde mas se manipula y se ve estropeado el derecho a la independencia. En gran parte, porque los medios siempre tienen una intencionalidad y, en consecuencia, en su gran mayoría, camuflan la verdad a su manera, de forma tal que los reporteros se ven en la imperiosa e ilógica obligación de obedecer y, entonces, construir una realidad, más no revelarla con veracidad como es.
Es cuestión ideológica, pero sobretodo de ética profesional y de respeto así mismo atender o no la manipulación que cohíbe ejercer la independencia. Seguro que un profesional íntegro, dotado con una perspectiva y ética sana, con visiones y compromiso de construcción de una vida social digna y desarrollada en beneficio comunitario, nunca aceptará ofrecimientos ni jaloneos que irrumpan con la estricta verdad.
Faltar a la libertad, llegar a ser dependientes es una situación peyorativa mayúscula, que entorpece la “libre movilidad de palabras”
Es necesario, entonces, que el comunicador opte por comportamientos que no se desvíen la línea de ética que la profesión exige, si bien el desarrollo de esta labor siempre pone al periodista a caminar sobre un abismo, también es verdad que Colombia necesita de periodistas que se diferencien de lo cotidiano; y su intervención o actuación sea, mas bien, un aporte que mesuradamente genere conocimiento sobre su realidad a la opinión publica y, con ello, se desenvuelvan estrategias que garanticen estabilidad social.
En este país pocos son los periodistas independientes que, por ende, aportan a la vida social, tal es el caso de Herbin Hoyos Medina, a través de sus programas emitidos por CARACOL RADIO como Colombia Universal y voces del secuestro, donde aborda temas sociales. Este último es un programa que sirve como ventana o correo entre las familias de los secuestrados que dirigen sus mensajes y todos los temas que allí se abordan a sus seres queridos privados de la libertad. Situación que ha servido de aliciente para que estas personas logren sobrellevar su situación y tener viva la esperanza de algún día ver la luz a pesar de la extrema oscuridad que de momento padecen.
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